Trastornos de la conducta alimentaria
El comer y la elección de lo que se come está influenciada por muchos factores como: el apetito, la disponibilidad de comida, los hábitos alimentarios compartidos con la familia, compañeros y sociedad en general. Es sabido que el hacer dieta y adelgazar está altamente promovido por los medios masivos de comunicación que nos bombardean constantemente con ese mensaje. Los trastornos alimentarios suponen graves perturbaciones en los hábitos alimentarios tales como la reducción extrema y poco saludable de la ingesta de alimentos o el comer excesivamente, así como sentimientos de angustia o preocupación extrema por la imagen corporal o el peso.
Los problemas con la comida en algunos casos pueden surgir cuando la misma se utiliza en momentos en los que experimentamos ansiedad, enojo, aburrimiento, soledad, vergüenza o tristeza. Tal vez hasta sin darnos cuenta, la comida se convierte en un problema cuando nos ayuda a afrontar situaciones o sentimientos dolorosos, o para aliviar estrés. Los trastornos de la conducta alimentaria no son el resultado de una única causa. Es muy probable que se deba a una combinación de factores, eventos, sentimientos, o presiones que haga que la persona se sienta incapaz de afrontarlos. Algunos de los posibles factores y/o eventos son: predisposición genética, baja autoestima, relaciones familiares conflictivas, problemas con amigos, la muerte de un ser querido, problemas o altas expectativas académicas, abuso sexual o emocional. Muchas veces las personas con un trastorno alimentario dicen que es la única forma de mantener el control en sus vidas, pero con el tiempo se dan cuenta que quien tiene el control es el trastorno alimentario y no ellas.
Dentro de los trastornos de la conducta alimentaria encontramos: ANOREXIA, BULIMIA, TRASTORNOS POR ATRACÓN Y TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA NO ESPECIFICADOS.
ANOREXIA
- Resistencia a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal para la edad y la altura.
- Intenso temor a aumentar de peso o engordar, aun estando con bajo peso.
- Distorsión en la imagen corporal.
- Autoevaluación exageradamente influida por el peso corporal o la silueta.
- Negación de la gravedad del bajo peso corporal.
- Períodos menstruales infrecuentes o ausentes (en las mujeres que han alcanzado la pubertad).
Las personas con este trastorno se consideran con sobrepeso a pesar de estar peligrosamente delgadas. El proceso de comer se puede convertir en una obsesión. Se desarrollan hábitos alimentarios, tales como evitar ciertos alimentos y comidas, escogiendo unos pocos alimentos y comiéndolos en pequeñas cantidades, o pesando cuidadosamente pequeñas porciones. Las personas con anorexia suelen pesarse frecuentemente y muchas recurren a ciertas técnicas para controlar su peso, como el ejercicio intenso y compulsivo, o purgar a través de los vómitos y el abuso de laxantes, enemas y diuréticos. Las niñas con anorexia a menudo experimentan un retraso en la aparición de su primer período menstrual.
BULIMIA
- Episodios recurrentes de atracones de comida, que se caracteriza por comer una cantidad excesiva de alimentos en un período discreto de tiempo y con un sentido de falta de control sobre la ingesta durante el episodio.
- Comportamiento inadecuado de compensación recurrentes con el fin de prevenir el aumento de peso, como vómitos autoinducidos o uso indebido de laxantes, diuréticos, enemas u otras medicaciones (purgar), el ayuno o ejercicio excesivo.
- Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces por semana durante 3 meses.
La autoevaluación está exageradamente influida por la silueta y el peso. Las personas con bulimia normalmente tienen un peso corporal dentro del rango normal para su edad y altura. Sin embargo, al igual que las personas con anorexia, es posible que por el miedo a ganar peso, y el deseo de perder peso se sientan intensamente insatisfechas con su cuerpo. Las personas con bulimia suelen realizar los comportamientos en secreto, pudiendo sentirse culpables y avergonzadas tanto de los atracones como de los vómitos, pese a que los mismos generen cierto alivio.
TRASTORNOS POR ATRACÓN
- Episodios recurrentes de atracones de comida. Los episodios de atracones se asocian con: comer mucho más rápido de lo normal, comer hasta sentirse incómodamente lleno y comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente físicamente hambriento.
- Después de comer en exceso existe una sensación de disgusto consigo mismo, gran tristeza o culpa.
- El trastorno por atracón se produce, en promedio, por lo menos 2 días a la semana durante 6 meses.
El trastorno por atracón no se asocia con el uso regular de conductas compensatorias inapropiadas (por ejemplo, purgas, ayuno, ejercicio excesivo). Debido a que las personas con trastorno por atracón no tienen ninguna conducta compensatoria es probable que muchos lleguen a tener sobrepeso para su edad y altura.
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA NO ESPECIFICADOS
Dentro de este tipo de trastornos se incluyen a todos los cuadros clínicos que no cumplan criterio ni para anorexia, bulimia o trastorno por atracón. Es decir que solo se cumplen algunos de esos criterios.
En los trastornos de la conducta alimentaria es común que en el individuo coexistan algún otro trastorno (generalmente trastornos de ansiedad o depresión) con lo cual la evaluación diagnostica debe ser realizada de forma minuciosa y revisada una vez que el individuo restablezca su peso corporal o restablezca hábitos alimentarios sanos.
¿Cuáles son algunas de las señales de que mi hija pueda tener un Trastorno de la conducta alimentaria?
- Restricción de ciertas comidas.
- Saltearse comidas Ingerir grandes cantidades de comida en un periodo corto de tiempo (atracones).
- Perdida o ganancia significativa de peso.
- Decirse a si mismas que son gordas a pesar de estar delgadas.
- Conteo de calorías de forma obsesiva.
- Leer contenidos e ingredientes de productos alimenticios minuciosamente.
- Falta de energía.
- Evitar eventos sociales o las comidas familiares.
- Ir al baño luego de haber comido.
- Encontrar escondidos gran cantidad de paquetes vacios de comida.
- Visitar sitios de internet “pro ana” o “pro mia”.
- Tomar y comer en secreto la comida de las alacenas.
- Realizar ejercicio en forma excesiva.
- Estado anímico alterado.
¿Cuáles son los Tratamientos que han mostrado ser científicamente efectivos?
Los trastornos de la conducta alimentaria se pueden tratar y se puede restablecer un peso saludable. Cuanto antes estos desordenes se diagnostican y se tratan, se obtienen mejores resultados en la posible recuperación. Debido a su complejidad y a las complicaciones médicas que pueden tener estos trastornos es que se requiere un plan de tratamiento integral que implique la atención y monitoreo médico, intervenciones psicológicas, posible asesoramiento nutricional y, cuando es adecuado, medicación.
Para la anorexia nerviosa, el tratamiento de primera elección en niños y adolescentes es la Terapia Familiar. Es decir, se requiere de estrategias que movilicen a toda la familia en pos de la recuperación de peso corporal de la adolescente. En un primer momento los padres intervienen sobre la alimentación, teniendo presente que luego de recuperado el peso, el monitoreo de la alimentación retornara al adolescente. El control de los padres es realizado con herramientas brindadas en el tratamiento que promueve todo el tiempo evitar enfrentamientos y comentarios críticos.
Para la bulimia nerviosa, el tratamiento que ha demostrado ser más efectivos es la Terapia Cognitiva Conductual. El objetivo principal del tratamiento para la bulimia es reducir o eliminar los atracones y purgas. Con este fin, el reaprendizaje sobre hábitos alimentarios es crucial y es que aquí es útil el asesoramiento nutricional. Las intervenciones psicológicas desde este abordaje incluirán afrontar miedos a ciertas comidas o situaciones como así también desarrollar habilidades para cesar con atracones y purgas. También será un objetivo la identificación y resolución de los obstáculos en el restablecer un patrón de alimentación regular. La participación de la familia en este punto es sumamente valorada y como parte del tratamiento se les brindan estrategias y orientación a los padres para que puedan ayudar a su hija a recuperarse. El trastorno por atracón y los trastornos de la conducta alimentaria no especificados en la población adolescente no han sido investigados suficientemente. Sin embargo, la elección sigue siendo la terapia cognitiva conductual ya que demuestra ser efectiva en la población adulta.